jueves, 1 de diciembre de 2011

Se me están saliendo perros poco cariñosos de la garganta,
véame usted como un señor idiota a caballo intentando llegar a China por la Antártida,
de todas formas, no vea el hielo, ni el frío
sólo el malestar de la consecuencia.

Esta raíz de gitana poco querida,
me hace inclinar la cabeza entre las piernas
y rodar botando el recuerdo de los arboles
que nos ponían contentos.

Es algo que terminara,
y volverá a empezar,
como todo aquí se comporta ciclicamente
menos la madrecita tierra,
que más que nada se muere,
en los brazos de una Maria pecadora y bastante poco inmaculada.

Hablo tanto y poco dejo,
que la cabeza se me llena de ecos aleteando hacia ninguna parte,
quisiera tener una fuente de desesperacion divina,
pero una vez que dejo todo aca, todo se devuelve chillando,
como un cerdo triste y asustado.

Todo esto de no tener gravedad,
ni cumplir ninguna ley de la fisica,
se me esta yendo de las manos,
como absolutamente todo,
pero yo sé que como siempre
todo volverá a su madriguera,
y volvere a tener
el utero lleno de pájaros

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