martes, 29 de noviembre de 2011

La semilla nace

Recojo este destino como si fuese un pajaro
flacuchento y mal herido,
voy a darle todo el calor que resistamos juntos,
poniendo las manos como una casa, un triangulo de mi cariño

Sé tambien que debemos contemplar la vida a través de un manto,
vemos todo tan claro
pero nadie nos ve,
en un purpura esperanza
de algo que se nutre de si mismo
la eterna vida
que nunca se cumple.

Voy a ser otra madre,
como tú,
que sufres
utero desgarrado
y tus hijos insolentes,
mordiendo tus pies heridos

Enamorarse de quienes te matan una y otra vez
tú de esa muerte que logras el arbol más alto, fuerte y escondes los animales de la lluvia.

Siento este alboroto,
corazon nunca tranquilo
el camino natural de los ojos tristes
las faldas tristes
los pechos tristes
suicidas-

Voy a comprenderte
pero dejame aqui,
llorar un poco, dejame hacer el berrinche
de la niña caprichosa,
morderte los dedos que atrapan  trenzas,
tengo paciencia para ver el rio sangrar,
lento y oscuro
este rio infinito,
pone sal a este caracol
que se ofrece desnudo
a recorrer el camino de margaritas quejumbrosas,
toda esa sal cayendo a nuestros ojos,
hermanas mias,
ni siquiera somos hermanas,
ni siquiera nos amamos,

Estamos aqui para derramarnos,
no sé cuanto puede durar,
tratare de guardar silencio y asentir,
las flores que ahogan a nuestros hijos
concebidos en romances,
las hermosas flores que los ahogan con sus petalos grandes y de todos los colores.

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