sábado, 17 de marzo de 2012

Cuando no tengo interior
trato de asociarme a alguna cara ininterpretable,
sacar y remover la duda a través de un aparente yo
rodeando una supuesta situación que interpone acusa delata y castiga
finalmente cualquier significado
así como un proceso constante,
el riesgo calculado de esta maniobra conserva la existencia y la autoproduccion de un si mismo
alterado
pero que no decide ni altera lo suficiente para existir.

Cómo confiar en una identidad de esta manera,
y del conocer a un otro
si no esta despejado de si
la fusión es belleza pero no cuando surge de este proceso <errado>
de cansancio e invisibles grises que gimotean despacio y apegados al piso.

Cuando se interrumpe, se acalora o se excita el musculo del pensar o del sentir corre la maquina a una forma inversa con un resultado particular pero nunca extraño, se puede sentir tanto que se define como real o
hiperreal en la cabeza fantástica de animal aventurero,
mientras recorre sin volver a preguntarse por la ultima cara que pudo observar en el espejo,
todo se empieza a movilizar desde dentro como un remolino en expansión, rozando despacio como cuando nos comunicamos
así pero con el hígado el riñón los pulmones las tripas un objeto misterioso y todo a partir de la carne constituyente como una caminata sagrada hacia el santuario de la creación, el amor es un camino paralelo que se corta y se desliza entre los tantos.Por la forma en que se escribe todo puede ser distinto.



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